Trabajando con la música clásica para el beneficio de niños y jóvenes

Indudablemente la música es parte del ser humano y constituye un elemento importante para la formación del individuo. La fundación Sinfonía, creada en 1986 por Don Pedro Rodríguez Villacañas y Doña Margarita Copello de Rodríguez, parte de esta filosofía y quiere acercar la música clásica a todos los públicos a través de una variedad de iniciativas y propuestas.

Sinfonía es una organización privada sin fines de lucro, dirigida desde 2019 por Margarita Miranda de Mitrov, quien había estado colaborando con la fundación de manera voluntaria por casi tres décadas, cuando fue designada presidenta. 

Hoy, continuando el legado de los creadores, Margarita lidera iniciativas para el fomento y difusión de la música clásica en República Dominicana, a través de la promoción de conciertos del más alto nivel, con reconocidos solistas, directores y artistas nacionales e internacionales. También impulsa programas educativos, especialmente entre la juventud, orientados a una mayor apreciación de la música.

 La presidenta de Sinfonía considera que los líderes que asumen responsabilidades en el sector social necesitan, sin duda alguna, desarrollar competencias emocionales. “A los músicos se nos enseña desde el principio a escuchar: Nos escuchamos a nosotros mismos, pero también a los demás. Una sinfonía no la toca un solo individuo, sino el conjunto de instrumentos. La armonía de la interpretación depende de la capacidad de cada miembro de escucharse y escuchar a los otros. Hay que saber además cuándo nos toca ejecutar una voz solista”, afirma.

Un liderazgo comprometido es imprescindible para que fundaciones como Sinfonía tengan impacto social. La principal motivación de su presidenta es haber crecido con la música, convirtiéndose esto en un factor determinante para su desarrollo intelectual y emocional. "Desde organizaciones como Sinfonía se puede lograr que niños y jóvenes reciban los beneficios que brinda una educación musical -tocar un instrumento, cantar en un coro, integrarse a una orquesta- con todo lo positivo que esto conlleva”.

En segundo lugar, afirma que la motiva el haber trabajado por décadas junto a Doña Margarita Copello de Rodríguez, presidente y fundadora de Sinfonía. “Ella se convirtió en mi mentora y su modelo de liderazgo, basado en el trabajo constante y en la permanente búsqueda de la excelencia,  es mi ejemplo día tras día”.

Pero estos no son tiempos fáciles para los líderes sociales y son múltiples los desafíos que enfrentan. “Vivimos en un mundo fáustico, veloz, insaciable. La paciencia no parece ser una virtud en este tiempo: Se aspira a obtener resultados instantáneos que en definitiva nada aportan. Si las metas son a largo plazo, el desafío más grande es el de mantenernos en el camino sin denuedo, aspirando a que sean cada vez más los que se sumen a nuestro trabajo y compromiso”.