Una líder debe poder fomentar transformaciones a su alrededor

Para definir a una mujer líder, Gloria Reyes, relata esta historia: “En Frías, un paraje de Monte Plata, vive Morena, cariñosamente More. Ella es la madre de cuatro hijos, y aunque vive con su esposo, More es quien todas las tardes hace arepa, organiza sanes, está en cooperativas de mujeres, colabora con la iglesia y cuando tiene que ponerse unas botas e ir a cortar cacao, también lo hace. Para mí, Morena es una mujer líder (...) Desde mi punto de vista, el liderazgo de una mujer se manifiesta cuando esta utiliza todos los medios con los que cuenta para estimular el crecimiento de quienes le rodean”.

Señala que “el liderazgo femenino es transformador por tres razones inmediatas. Primero, porque por lo regular las mujeres líderes tienden a buscar la generación de consensos entre todas las partes. Segundo, la transformación se da desde el desmonte de estereotipos y falsos paradigmas (...) las mujeres actúan de acuerdo a las necesidades que identifiquen y a su propio temperamento. Eso hace que regularmente quienes esperaban un modo u otro de actuar se descoloquen. Y tercero, es transformador porque el liderazgo femenino tiende a apostar a resultados concretos, basados en la gestión eficiente de todos los recursos”.

“En el país estamos hablando de pobreza femenina, que es cuando el género forma parte de las causas de la pobreza de una persona (...) Nos queda mucho por avanzar en cuanto a paridad, desmonte de estereotipos y ruptura de paradigmas”, concluye.