Apertura del Jubileo Arquidiocesano 2025 en la Catedral Primada de América
Durante la apertura del Jubileo Arquidiocesano 2025 en la Catedral Primada de América, monseñor Francisco Ozoria llamó a la conversión y esperanza en este Año Santo.
Ozoria subrayó la necesidad de que el Año Santo produzca frutos visibles de cambio en la sociedad, la familia y la Iglesia.
Durante la eucaristía, el religioso citó al Papa Francisco e instó a los presentes a tener signos de esperanza y caridad en medio de un mundo marcado por señales de muerte y división.
“Si al final de este año jubilar no vemos signos de caridad fehaciente con la consecuente superación de las divisiones, la disminución de la pobreza extrema, el cese de las guerras y de las injusticias, significa que no hemos actuado bien en el Año Santo”, afirmó Monseñor Ozoria.
Reflexionó sobre la familia como comunidad e iglesia, expresando gratitud por la unidad y el papel de la familia como Iglesia básica.
El religioso destacó la importancia de que los padres no sólo practiquen su fe, sino que también la transmitan activamente a sus hijos.
Destacó la alegría y la salvación traídas por Cristo Jesús, haciendo referencia al llamado del profeta Sofonías a regocijarnos porque Dios ha cancelado nuestra condenación.
“El Año del Jubileo se presenta como un tiempo de alegría y celebración por la salvación que Dios ha realizado”, dijo.
Monseñor Francisco Ozoria, durante la euscaristía en la Catedral: Fortalecer la fe
El arzobispo destacó que el gran fruto del Año Santo debe ser el fortalecimiento de la fe, la esperanza y la caridad.
“Cristo nos exige una auténtica conversión y el Año Santo nos motiva a esa conversión. Caminemos hacia Cristo, demos pasos de conversión y de fraternidad que se vean esos signos”, concluyó.
La ceremonia de apertura, organizada por la Comisión Coordinadora del Jubileo Arquidiocesano, incluyó una procesión desde la Puerta del Conde hasta la Catedral Primada, que contó con la participación de decenas de fieles católicos.